El capítulo I llamado “Los profesores de
enseñanza básica y la música”, invita a un cambio en el enfoque que
tradicionalmente se le da a la asignatura de Música en los establecimientos.
En este apartado del texto, se trata a las
ciencias musicales como un medio de formación, más relacionado a la experiencia
que tengan los alumnos con la música que a la “transmisión de una herencia
musical” (Mills,
1997) . Esta experiencia debe ser activa, en la cual los estudiantes
compongan, interpreten y escuchen en la clase de música. De esta manera, todos
podrán crecer a través de ella.
Bajo este mismo enfoque en que la música
es para todos los niños, está el que debe ser también para todos los
profesores. De aquí que el capítulo insista constantemente que deben ser los
propios docentes generales quienes enseñen música y no los especialistas.
Muestra como una confusión el hecho de que habitualmente los establecimientos
contraten especialistas en música, ya que ellos usan “técnicas por hábito o por
preferencia, no por necesidad” (Mills,
1997) . En cambio los profesores generales, que tienen más
conocimientos en pedagogía, disponen de distintas opciones en cuanto a su
estilo de enseñanza y tienen más experiencia educativa, respondiendo así
a las necesidades de su grupo curso.
Frente a esta crítica, la autora propone
que “cualquier profesor a quien se da una preparación y un apoyo adecuado, es
capaz de enseñar música” (Mills,
1997) . Pero afirma que esto no se realizaría en la práctica más que
nada, por la falta de confianza en las propias capacidades. Los docentes se
miden en lo que no saben hacer, y traen consigo recuerdos de fracasos en su
etapa escolar.
Para esto el capítulo I cierra, a grandes
rasgos, con el propósito de desarrollar la autoestima musical en los
profesores, para que así puedan ayudar a sus colegas menos seguros a
desarrollarla, y puedan en todos tener más y mejores logros musicales en los
estudiantes.
Mills, J. (1997). Los profesores de enseñanza básica y la música. En J.
Mills, La música en la
enseñanza básica (págs.
87-96). Andrés Bello.
Comentario
Francisca Santini
El texto contrasta bastante con mi visión
sobre la enseñanza de música en la enseñanza básica. Como estudiante de
pedagogía general, jamás me he sentido preparada para hacer una clase de
música, ya que a partir de mis experiencias previas, la veo ligada a la
estructura y lenguaje musical (temas que no manejo). Pero luego de leer el
texto de Mills (1997), y conocer algo sobre lo que dice nuestro marco
curricular en torno a esta asignatura, creo que podría realizar una clase de
música más ligada al hacer y al disfrute de la misma, con actividades de
composición, interpretación y escucha. De esta misma manera, me hace mucho
sentido la propuesta de Mills ya que podrían ser los profesores generales
quienes más incidan en el aprendizaje musical de los niños al tener más
confianza y apego, produciendo así, experiencias más significativas.
Comentario
Rosario Aguilar
A través de la lectura del texto de Mills
(1997), pude ampliar mi visión sobre la enseñanza de la música dentro del aula.
Siempre se ha concebido la asignatura de Música como un anexo a la educación
tradicional de la escuela. Desde mi punto de vista como estudiante de pedagogía
básica, creo que el cambio de visión se debe generar desde la instrucción de
los profesores, ya que nuestra malla curricular no entrega las suficientes
herramientas para lograr la integración esperada en el texto. Con esto de base
sería más fácil, tanto para las profesoras como para los niños, lograr una
enseñanza-aprendizaje acorde a las capacidades y habilidades de los niños.
Además, creo que la música se puede integrar y conocer a través de diversas
asignaturas.
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